Maravillas de Brian Selznick: la magia continúa

Fuimos muchos los que caímos bajo el embrujo de La invención de Hugo Cabret, el primer libro del norteamericano Brian Selznick. Nos sorprendidos por su original propuesta literaria, a medio camino entre el libro ilustrado y el storyboard, y festejamos el homenaje al cine que proponía, principalmente, porque acercó a los niños y jóvenes a un universo que les es tan lejano. Les recomiendo la estupenda reseña que Alejandra Láquesis publicó en el genial sitio Fantasía Austral para más detalles sobre Hugo.

Afortunadamente, su segundo libro, Maravillas, no agota la exitosa fórmula narrativa -algunos temíamos eso- ya que incorpora una pequeña variación: en este caso, el libro presenta dos historias paralelas, una a través de palabras y otra a través de las imágenes, que suceden con décadas de diferencia, sin develar cuál es la relación entre ellas. Por un lado, está Ben, un chico huérfano -nuevamente- que vive en Minnesota en 1977 y, por otro, Rose, una chica sordomuda en el New Jersey de 1927.

Brian Selznick vuelve a desempolvar viejos referentes culturales que parecen pasados de moda, para reposicionarlos dentro del actual imaginario infantil y juvenil. Si antes fue el cine mudo y los autómatas, esta es la oportunidad de los gabinetes de maravillas y los museos de historia natural de la vieja escuela. Además, reserva un importante sitio para la bibliofilia, la astronomía y David Bowie con su Space Oddity.

La verdad es que nos ha gustado mucho más este libro, porque literariamente es más complejo y rico, mantiene la tensión durante toda la historia y los personajes nos parecen más reales y cercanos. Ciertamente, puede que algunos consideren que tanto Hugo Cabret como Maravillas son libros localistas que no interpretan a todos los chicos, pero Brian Selznick elabora su propuesta de una manera tan amigable que trasciende la geografía, la cultura y, por supuesto, las edades. Absolutamente recomendado.